O sino prueba a sacarte el calzado y pisar tierra. A mi por ejemplo en poco rato me entra una paz y un bienestar que me recorre de los pies a la cabeza. Ni el más bueno de los terapeutas (sin desmerecer su trabajo) es capaz de conseguir resultados ansiolíticos tan efectivos, tan intensos y en tan poco tiempo. Como no le iba a dedicar una entrada!
He de decir que unos años de contacto muy directo con la tierra me ha enseñado muchísimo. Una de sus enseñanzas ha sido que ella está observando con paciencia, esperando que se nos pase la adolescencia en la que estamos inmersos gran parte de la humanidad. Esa adolescencia que hace que nos separemos de nuestra madre, y hasta seamos capaces de dañarla, para, al cabo de unos años y después de unas cuantas crisis de identidad, volvamos a la madre y nos acerquemos a ella valorando y respetando todo lo que hizo por nosotros. Y ella, mientras, nos mira de reojo y nos manda su cariño, igual que me lo manda mi madre cuando lee mi blog.
Esto solo es una de las tantas verdades que a mí me ha enseñado, e igual que a mí me enseñó tanto, antes muchíiiisima gente ha aprendido de ella y ha crecido con ella, y así también irá enseñando a muchas más personas.
Porque para mí, sí, tiene vida propia. Una vida para nada comparable a la nuestra, infinitamente más grande e infinitamente más poderosa, y con una riqueza y una paz que nosotros ni logramos soñar. Y está viviendo en sincronía con su universo, con una sabiduría que nosotros solo logramos intuir.
Entonces, como a mí tanto me enseñó y creo tan grande compartir los pequeños saberes, ahí abro los comentarios cual fuese un foro, para que cada un@ vaya poniendo algo de lo que le ha enseñado la tierra, y mientras vais reflexionando sobre vuestros aprendizajes, podeis ir mirando esta margarita para ver si os inspira...
Siéntate bajo un olivo. Un buen rato. Verás... todo lo que aprendes!
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